Dos puertos dos retos

El domingo me enfrentaba de nuevo a la sierra madrileña, si si, que también existe, que esta si que de verdad es madrileña 100% y no la que dicen en los telediarios, a la que deberían de referirse como sierra de Guadarrama; que a los segovianos nos da mucha rabia...

Pues eso que tocaba un Morcuera (desde Soto) - Canencia (desde Lozoya), un par de retos bastante serios para un globero como yo. Por dos cosas, por la altitud acumulada y por el tiempo y distancia en la bici. Estimaba que tardaría unas 5 horas para los 100km que tenía por delante, aunque al final por culpa del viento en contra y por el cansancio me salieron unas 5:20 para 100km.

La ruta empezó en Colmenar, en la última salida de la carretera, donde termina el San Pedro, allí cojo el carril bici y me dirijo a Soto, para calentar no está mal, una zona llana que tiende a bajar, y que me pone en marcha. En Soto me desvío hacia Miraflores por la ruta que ya se está haciendo habitual en mis fines de semana. Y encaramos Morcuera, cada vez este puerto se me hace más familiar y me voy conociendo las curvas y los puntos donde hay que apretar o reservar. Eso si esta vez el viento en contra iba a darme mucha caña, llegando en algunos momentos a obligarme a ir a ritmo de tortuga, pero eso si, sin parar. Muy pocos ciclistas hoy, se nota el puente del día del padre, y también muy poco tráfico. Corono sin mayores problemas después de 27 km de ruta, aprovecho para tomar una barrita y encarar el descenso hacia Rascafría. El descenso comienza en sus primeros kilómetros de forma muy tendida, e incluso en algunos tramos toca pedalear con ganas. después de estos falsos llanos comienza la chicha de verdad, carretera estrechita, muy buen asfalto, bastante húmedo y con mucha curva ciega a izquierdas, así que muchísima precaución, y muchísimo frío el que paso descendiendo, en toda la bajada no para de medio llover - medio nevar, aunque de forma muy débil, lo que indica el frío que hace.

Llego casi sin darme cuenta a Rascafría y después de un pequeño despiste que me hace tirar hacia Cotos (comiéndome todo el empedrado de Rascafría, que con la flaca no es moco de pavo), enfilo camino hacia Lozoya buscando el desvío hacia el puerto de Canencia. Esta carretera también esta en magnífico estado con un arcén generoso, eso sumado al poco tráfico hace que me anime y le de caña hasta llegar al desvío. llevo 60km y en mi mente sólo queda coronar Canencia y "dejarme caer" hasta el coche.

El puerto de Canencia por Canencia consta de unos 14km que empiezan muy suaves al 4% pero que en sus últimos kilómetros esconden unas rampas que mis piernas empiezan a acusar debido a lo acumulado durante el día. Al final se me hace un pelín largo, aunque con el paisaje que te regala este puerto, con pinos, tejos, acebos, un olor intenso a monte, se hace más llevadero. Me parece increíble que subidas que hace un par de años me hubiesen hecho sufrir muchísimo, ahora me permitan guardar en mi mente las cosas agradables y no lo penoso de mi ritmo. Será que voy mejorando?

Corono Canencia, donde el parking esta a tope de coches a pesar del frío y de que amenaza lluvia. Allí me tomo otra barrita y de nuevo descenso hasta Miraflores, tragando humo de los coches que van delante de mi. Desde Miraflores y sin parar ni me planteo el San Pedro, se me está haciendo muy tarde y aún me quedan cerca de 20 km hasta el coche. Por cierto el asfalto de Miraflores a Soto está fatal a la vuelta. me quedan pocas fuerzas, voy con las piernas muy cargadas, pero quiero acabar con buenas sensaciones, así que tomo como referencia a una ciclista que llevo a unos 50m y trato de que no me coja más distancia hasta Colmenar.

Por fin veo el desvío y el coche, menudo palizón llevo encima, y que mala suerte que me han faltado escasos 1000 metros para ver en el GPS la cifra mágica de 100km. Bueno supercontento por el entreno, los 100 ya caerán pronto. De momento ya han caído las 5 horas seguidas encima de la flaca. Al año que viene en esta fecha Bilbao-Bilbao.

Datos Garmin Connect:



Datos Bkool: